Estructurar programas para rescatar la ética y los valores de las empresas ha sido todo un reto. Una vivencia personal y profesional apasionante!!
Primero, porque el concepto más básico de ética no se tiene claro y segundo porque las empresas consideran que eso debe ser un tema inherente a los recursos humanos, es decir desde el proceso de selección de empleados debe cubrirse este punto en la agenda del proceso. Se toma como un evento.
Sin embargo, en la realidad debe ser otra la forma de promoverlos y difundirlos, debería ser un proceso dinámico que promueva la experiencia de vivir los valores.
La ética ha sido en muchos casos, más que una vivencia, un concepto académico que no se relaciona para nada con la “vida real”. Aunque muchas compañías en el mundo han asimilado la práctica de los valores como su misión estratégica, son ejemplos aislados, que en la gran mayoría de los casos quedan en el anonimato.
Muy pocas instituciones llevan a la práctica las conductas y comportamientos visibles que traduzcan la ética en la gestión del día; pocos programas institucionales promueven los valores como una forma de vida, desde el primer día de ingreso del trabajador a la compañía. Es normal encontrar, en los retablos de las recepciones – en el mejor de los casos- el credo de la empresa, traducido a su visión, su misión y los valores que los caracterizan o por lo menos los que los “deberían” caracterizar.
La lógica nos dice, que si en la pared hay un cuadro que expone los valores organizacionales, éste no debe ser solamente un elemento decorativo. Debe ser un mensaje claro y contundente que anuncia que en ese lugar realmente “viven” y “promueven” lo que promulgan.
Eso es ética: es además de ser como lo define el diccionario de la real academia de la lengua: Conjunto de normas morales que rigen la conducta humana, debe ser la puesta en práctica de la coherencia entre:
lo que se promete y se cumple
lo que se dice que se es, y lo que demuestra ser
lo que promulga y lo que actúa
lo ideal y el ejemplo a seguir.
El concepto de ética en todo el actuar humano, está íntimamente relacionado con los valores. Entendiéndose éstos como “las convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta”.
Valores como, la solidaridad, el amor, la paz, la amistad, el compromiso, la responsabilidad son valores visibles cuando vemos cómo todos ayudan y apoyan a los demás en todo tipo de necesidades, cuando hay afecto personal, sincero y armonioso que nace y se fortalece en el trato mutuo; cuando hay una convivencia humana justa para que las personas puedan lograr sus objetivos personales, familiares y sociales. Cuando las promesas se convierten en realidad, cumpliendo lo pactado y respetando la palabra dada, cuando además de cumplir con una obligación se trascienden las expectativas con amabilidad, cortesía y humildad.
Cada persona puede armar su propia tabla de valores, teniendo en cuenta que en cada etapa de la vida hay motivaciones fundamentales que rigen la conducta: los niños en busca de las necesidades esenciales de subsistencia y aprobación de sus padres, los adolescentes en su necesidad de experimentar libertad y autonomía y el adulto, enfocado en prioridades como salud, éxito profesional, entre otros. Hay muchos valores que permanecen a lo largo de la vida.
Esa tabla que contenga y jerarquice sus valores individuales, son expresados en actitudes y comportamientos. Al actuar en el día a día, cada persona de manera espontánea manifiesta sus valores esenciales. Sus opiniones y comportamientos son la clara expresión de sus valores.
Hay muchas maneras de ejercitar lo valores y la ética personal, y consolidar así la vivencia de los valores empresariales. A quienes dirigen empresas, sugiero:
1. Empiece por revisar su propia tabla de valores: indique en orden de importancia los siguientes valores:
Responsabilidad Compromiso Honestidad Amistad Paz
Respeto Solidaridad Comprensión Justicia Confianza
2. A su vez, identifique comportamientos visibles que estén asociados a cada valor.
3. Y finalmente, responda la siguiente pregunta: soy un ejemplo a seguir en la promoción positiva de los valores?
4. Revise su respuesta, y elabore sus conclusiones a partir de la siguiente pregunta: los valores que promuevo en casa son los mismos que promuevo en mi lugar de trabajo? Y a la inversa.
El repertorio de valores que trae consigo un colaborador de la empresa, forma parte de su identidad, de las vivencias personales y de su educación familiar fundamental. Al promover la educación de los valores empresariales considere el repertorio individual, identifique líderes naturales que sean ejemplos a seguir para la promoción efectiva del valor a promover.
Es una tarea de todos en la organización, entre más personas se comprometan en la promoción y educación de los valores más garantía de éxito encierra. No delegue esta labor únicamente al Departamento de Recursos Humanos. Inclúyalo en su gestión gerencial.
Enfoque la vivencia de los valores empresariales dando trascendencia al concepto de ser mejores personas, mejores empleados, mejores ciudadanos. ¡Todos ganamos!
Olga Victoria Camargo Valcárcel
Directora
*Fuentes interesantes que contienen el tema Ética y Valores:http://www.unesco.org/new/es/social-and-human-sciences/themes/about-ethics/
http://www.fundaciontelevisa.org/valores/ideas.html
http://www.google.com/intl/es/corporate/tenthings.html
http://www.buenastareas.com/temas/articulos-que-hablen-sobre-etica/560
Yarce, Jorge. Valor para vivir los valores. Editorial Norma, Bogotá, 2004.